Recolectar, ordenar y simbolizar
Apuntes sobre sobre la obra reciente de Candelaria Traverso (Herlitzka + Faria) y Esvin Alarcón Lam (Herlitzka + Faria) por Manuel Neves. Febrero 2021.
Candelaria Traverso (Argentina, 1991) y Esvin Alarcón Lam (Guatemala, 1988) son dos artistas nacidos al borde del milenio que en los últimos años vienen realizando proyectos artísticos muy diferentes, pero con puntos de contacto entre ellos. Aunque estos artistas provienen y se formaron en contextos culturales y realidades sociales, económicas y políticas muy diferentes (como queda claramente reflejado en sus obras), son parte de la generación que fue testigo de la ascensión definitiva de la llamada globalización. En ese sentido, esa generación procesó e integró los cambios tecnológicos y culturales producidos como consecuencia de la llamada revolución digital, que potenció y definió la circulación global de capitales e información de la sociedad del espectáculo y, a la vez, naturalizó el uso de las tecnologías digitales, como la telefonía celular.
En la producción de estos artistas podemos destacar o señalar dos elementos fundamentales que tienen en común y que de forma amplia caracteriza sus respectivos proyectos artísticos. El primero es de orden general y está relacionado con el rescate y la recuperación de elementos simbólicos y materiales proveniente de sus contextos locales. Estos elementos son a la vez reflejo de esa cultura local y de alguna forma están atravesados o definidos por la globalización. Traverso y Lam no contraponen cultura local versus cultura global como una posible estrategia de resistencia, sino que presentan en sus obras un complejo mapa de relaciones, interdependencias y tenciones dialécticas entre estas dos realidades.
Su obra parece señalar de forma compleja esa ambivalencia como una condición definitoria de la visualidad contemporánea. El segundo elemento se relaciona con el arte y la estética es su interés por referir o recuperar las formas y la tradición de la abstracción geométrica en sus múltiples orígenes y ramificaciones. Como sabemos, el auge de la abstracción geométrica en el continente americano materializó y desnudó las dependencias, los rechazos y las tensiones entre las ideologías y los proyectos artísticos de los países europeos y las diversidades culturales americanas. En ese sentido, fue en algunos casos emblemáticos (como en el arte concrete brasileño) un elemento que ayudó a construir y a definir una identidad nacional asociada al progreso y la modernización.
La artista argentina Candelaria Traverso presentó en Buenos Aires, durante el 2019, la serie de obras llamada genéricamente Chakanas. Estas obras podrían entrar en la categoría de arte textil o en la tradición del patchwork (en español almazuela o retazal), que es una práctica preindustrial generalizada en Europa y en particular en el mundo anglosajón, aunque sus origines se encuentran en oriente. Esta práctica artesanal de elaboración de textiles a partir de retazos de tela estuvo asociada históricamente a una tarea femenina relacionada al mundo doméstico. Y aunque la finalidad principal de estos productos era del orden funcional (frazadas, vestimenta), los resultados en general eran de una importante sofisticación formal y estética.
La obra de Traverso es extremadamente austera y básicamente está realizada con trozos de bolsas de arpillera plástica o plastillera, que se utilizan para el transporte de vestimenta en todo el planeta. Estas bolsas son recuperadas por la artista en mercados y ferias populares, después recortadas y cosidas, manteniendo el aspecto parco, rudimentario y utilitario de las mismas. La paleta de colores de las obras está definida por la variedad de colores de dichas bolsas y se enriquece por las marcas o escritos realizados por los comerciantes en ellas, así como por los logotipos que se pueden reconocer como pertenecientes a empresas textiles coreanas y chinas. La serie se compone de obras que tienen esencialmente el mismo formato cuadrado y en las que se puede reconocer una figura geométrica central. Esta representa un Chacana, también llamada cruz andina, que en quechua significa “escalera o puente” y en aimara “la de los cuatro puentes”, y constituye un símbolo religioso precolombino perteneciente a la cultura Inca y preincaica. La chacana es un símbolo popular y es utilizado habitualmente como trama decorativa en la vasta región de los países andinos, aunque en el espacio del Río de la Plata no es tan familiar.
Así en una primera aproximación a estas obras podemos relacionarla a la tradición abstracto-geométrica antes señalada. Por ello cabe destacar que en los orígenes de las prácticas de la abstracción geométricas en el continente americano algunos artistas como Xul Solar, Vicente do Rego Monteiro o Joaquín Torres García se interesaron y rescataron elementos visuales amerindios para sus primeros experimentos abstractos, intentando relacionar o fusionar una imagen de modernidad con una de identidad cultural.
Pero en estas obras las chacanas, lejos de sus aspectos místicos religiosos originarios son rescatadas desde su significación cultural, social y política actual, como emblemas de una resistencia a esa cultura global que día a día se hace más omnipresente. Candelaria Traverso parece sugerir que en su condición económica y sociopolítica actual, esos emblemas están atravesados y constituidos en esa globalidad a la que a su vez no pueden renunciar.
Por otro lado, el artista guatemalteco Esvin Alarcón Lam ha desarrolla su trabajo en múltiples lenguajes y formatos: objetos, instalaciones, intervenciones en espacios urbanos, acciones o videos. Como señalamos, en su obra confluyen múltiples intereses vinculados a elementos de las culturas locales y la tradición de la abstracción geométrica y en los últimos años un interés puntual por la simbología y uso de las banderas en relación a la simbología desarrollada en las últimas décadas por los grupos activistas de Lesbianas, Gais, Bisexuales y Transgénero (LGBT).
Lam realizó durante el 2019 una serie de pinturas de formato modesto llamadas Arcos del cielo. En estas obras el artista se apropia de la serie de proyectos realizados en 1931 y llamados Stufen, que en español significa “escalón o etapa”, por el artista alemán Josef Albers, en sus últimos años como profesor de la mítica escuela de diseño alemana Bauhaus. Después que esta escuela fuera cerrada por el poder Nazi en 1933, Albers se trasladó a los Estados Unidos donde desarrolló una carrera extremadamente influyente como docente.
En Arcos del cielo, Lam mantiene la composición y el formato horizontal de los Stufen de Albers, pero los enriquece con una gama muy variadas de colores, cambiando la forma monocroma que se encuentra a la derecha por los colores de una bandera. Estas pertenecen a diferente tipo de colectividades relacionadas con los grupos LGBT, que van de las de más amplia difusión, como la emblemática bandera de ocho colores a modo de arcoíris, creada por el activista Gilbert Baker a fines de los 70, perteneciente a la comunidad gay, hasta grupos más reducidos y menos inclusivos, que comparten afinidades en diferentes prácticas de relacionamiento interpersonal. Estas banderas escalonadas se complementan en las obras con un símbolo u objeto que redondea la idea de pertenencia a una comunidad determinada.
Así en estas obras Esvin Alarcón Lam parece realizar una operación que al desacralizar el valor simbólico y político de estos emblemas los transfigura en elementos de diseño próximos a lo decorativo, nutriéndolos de cierto grado de candoroso optimismo, posibilitando así en el espectador una aproximación comprensiva, integradora y confiada.