Un mantra personal

Cavilaciones sobre Robert Montgomery (Galería Analix Forever) de Mariangela Giaimo. Marzo 2021.

“Haz de cada día tu afán” me decía mi madre. Cuando me ganaba la angustia, la sensación de que no alcanzaba a ser lo que pensaba que debía, esas palabras me ubicaban. Casi veinte años pasaron de su muerte y vuelve a veces esa sensación de abismo, de ir hacia un lugar feo y profundo. Entonces, freno, me mimo, me perdono, y agradezco donde estoy hoy, a pesar de todo, con la capacidad de agarrar la realidad con las manos.

Qué cosa más maravillosa que un cartel de ruta destrozado por el viento, o por el tiempo, en el que queda solo la estructura, como un esqueleto antiguo, como un registro de lo que fue. Hay algo de fantasmagórico, de una presencia que se propone igualmente para dejar constancia. Pienso en lo que a veces me asalta. Los que ya no están, y por qué no, también pensar que seré un recuerdo para mis seres queridos y familia, quedando luego, como todos, en el olvido, en esa angustia. Tengo una vida entusiasta, así que retomo el “haz de cada día tu afán”, y sigo adelante. No creo que mi madre haya tomado la frase original de la Biblia, fuente de muchas, ni si está bien dicha, pero yo la sigo repitiendo.

Miro las imágenes de Montgomery y me doy cuenta: ya las ví, es más, me las apropié en Instagram, ese nuevo espacio público en el que navego. Escrolleo más imágenes y más. Una de ellas forma parte de mi feed. Esperen que busco. Fue por enero de 2019 que la publiqué y recuerdo que cuando la posteé en Facultad estábamos dando los site-specific—.

Sí, las imágenes de sus obras son muy instagrameables. Muchos argumentarán que es algo negativo. Que las imágenes mediáticas de sus obras se convierten en nimiedades, en productos sin importancia de este mundo contemporáneo con esencia publicitaria, que transforma las cosas en mercancía, y lo que aparece se vuelve objeto. ¡Viva el cálculo, el marketing, y el público objetivo! Pero en mi caso fue al revés, verla en internet me hizo empatizar con la propuesta de Montgomery, conocerla estando tan lejos de sus intervenciones.  

Qué potente y al mismo tiempo sutil poner en un perdido cartel frases sobre el afecto —sin vender Coca-Cola—.  Convertirlo en un objeto estético —esculturas del propio paisaje público—, ese cuyo destino es la producción de belleza, el placer de la contemplación, o la crítica, la propuesta, el hecho simple de existir para modificar o proponer algo diferente.

Muchos otros también argumentarán que estas imágenes se emparentan con esos posts —también de Instagram— con frases de autoayuda que van por la dirección de la estética de la autoayuda, del voluntarismo mágico, el cree en tú mismo y sánate. ¡Qué trabajo hay que hacer en uno mismo para ser feliz! Pero, sin embargo, no hay caso, hay palabras que ayudan, que hacen y deshacen. De eso se trata también la poesía o lo que más se le parezca a ella. “Haz de cada día tu afán” es tan concreto, tan conectado con mi historia y lo que me pasa, que cómo no ir al dulce y tranquilizador lugar, porque es un lugar del consejo materno, el amor incondicional en el que te cobijan y protegen. Y superar el miedo a lo cursi, total, es solo mío.

Dicen que el amor hoy en día cada vez circula menos, que no se juega porque vivimos en una época en que todo se iguala, se nivela, y la libido se pone en la propia subjetividad. Quizás es así. Por eso más que nunca es necesario ponerlo en agenda, pensar en cierta agenda anímica. No solo sucede con el amor, también con el dolor, la melancolía y otros sentimientos. Cada tanto, patear el tablero, desenmacarar la pose de lo lindo y felíz, mostrar la arruga y la herida, para abrir paso al cambio. Y en esa propuesta, la melacolía puede ser un sentimiento que nos haga formar parte de algo y persistir en la dirección de querer salir de ese lugar, escapar para construir.

Heme aquí, entonces, exponiendo mi vida privada —todo culpa de Montgomery— y, por sobre todo, confieso mi frase. Desahogo ese secreto. Que todos tenemos uno, y nos remite a una oración. Casi como un mantra.

Robert Montgomery.  People You Love, 2010.  Galería Analix Forever.

Robert Montgomery.
People You Love, 2010.
Galería Analix Forever.

Robert Montgomery.  Whenever You See The Sun, 2010.  Galería Analix Forever.

Robert Montgomery.
Whenever You See The Sun, 2010.
Galería Analix Forever.

 
Foto de Silvina Marabotto.

Foto de Silvina Marabotto.

Mariangela Giaimo (Uruguay)
Doctora en Ciencias Sociales (Universidad General Sarmiento-Ides, Argentina) y Licenciada en Comunicación (Universidad Católica del Uruguay). Es profesora de alta dedicación del Departamento de Humanidades y Comunicación de dicha Universidad. Imparte clases en la Licenciatura en Comunicación y la Licenciatura de Artes Visuales -que coordinó desde 2015 a 2018-. También trabajó para la Universidad de la República y otras instituciones de enseñanza privadas. Realizó estudios de posgrado en la Universidad de Bologna (Beca del Ministerio de Asuntos Exteriores, Italia) así como en la Universidad Complutense de Madrid (Beca Fundación Santander, España). Desde hace unos años se dedica de lleno a la enseñanza, la divulgación e investigación en teorías de la comunicación, corporalidad y visualidad. Se desempeñó -por más de una década-  como periodista freelance y actualmente escribe sobre arte para el portal cultural de Escaramuza. En el 2020 condujo la primera temporada de Arte de Tapa, producto original del Centro Ignis (@centroignis) que a manera de ensayo visual propone un discurso reflexivo sobre las imágenes que nos rodean.