Espacio Líquido + La Gran colaboran con el objetivo de
evolucionar hacia un concepto más ambicioso y flexible
ESPACIO LÍQUIDO + LA GRAN
Espacio Líquido + La Gran es la zona de encuentro de las galerías Espacio Líquido y La Gran. El ámbito físico y virtual en el que desarrollar proyectos comunes que permitan visibilizar sus propuestas, las de los artistas con los que trabajan y las de otros agentes afines a sus intereses, con el objetivo de evolucionar hacia un concepto más ambicioso y flexible que el que puedan aportar por separado.
Espacio Liquido (Gijón, 2000). Durante su trayectoria ha representando y apoyado las carreras de artistas emergentes y de media carrera. Su labor de promoción se centra en la edición de catálogos, participación en ferias internacionales, elaboración de exposiciones comisariadas, incorporación de sus artistas en colecciones públicas y privadas o el intercambio con otras galerías. Creando una plataforma no ligada a un espacio específico, Espacio Líquido busca acercar el arte contemporáneo a todos los públicos, para lo que promueve actividades como visitas guiadas de las exposiciones, charlas organizadas en instituciones sobre nuevas vías de coleccionismo, de desarrollo galerístico, etc.
La Gran es una galería de arte contemporáneo ubicada en Carabanchel, Madrid, desde otoño de 2019, aunque comenzó su actividad en marzo de 2015 en Valladolid. Actualmente representa y apoya la obra y la trayectoria de trece artistas (nueve de ellos mujeres) interesados por la interacción de los fenómenos estéticos con sus contextos sociales o políticos y participa en ferias como Estampa, ArteSantander, Pinta Miami, Art Marbella o JUSTMAD.
Espacio Líquido (Gijón)
Núria Fernández, directora
Jacobo Olañeta 5, bajo, 33202, Gijón, España
www.espacioliquido.net
@espacioliquido
La Gran (Madrid)
Pedro Gallego de Lerma, director
Calle Nicolás Morales 38, 1º Nave 8B, 28019, Madrid, España
www.lagran.eu
@lagran_gallery
ARTISTAS
ANA TERESA BARBOZA (1981, Perú)
Me interesa de la hoja del plátano la forma en que ha sido utilizada por muchas culturas: para cargar cosas, para envolver la comida, como tocado, como protector del sol para el día a día… Pero también por su proporción con el cuerpo humano. La hoja del plátano puede ser manipulada de tal forma que nos cubra, nos vista y nos abrigue. Y entre sus muchas propiedades medicinales, sus hojas son excelentes para la cicatrización de heridas y quemaduras. - Ana Teresa Barboza
Sobre la obra de Ana Teresa Barboza
por Gabriela Manrique
Empleando las técnicas del bordado y el tejido que caracterizan la mayor parte de su propuesta desde el 2006, la artista vuelca su mirada hacia la naturaleza y relaciona las estructuras invisibles y los procesos de crecimiento de las plantas –tan lento y casi imperceptible a nuestros sentidos– convirtiéndolos en metáforas del trabajo manual con tejido y bordado, mediante la sobreposición de distintos fragmentos del tiempo en imágenes compuestas por delgados hilos de color.
Con nuestras manos empezamos a transformar la naturaleza para fabricar herramientas, a la espera de introducir el confort en nuestro quehacer cotidiano. Dentro de esas prácticas son los modos artesanales de las técnicas productivas, como el tejido y el bordado, los que aún mantienen su afinidad con el pulso de los procesos naturales. El tejido y el bordado asemejan, así, el invisible crecimiento de las estructuras de las plantas, en un trabajo manual lento, que congela y superpone distintos fragmentos del tiempo en una imagen compuesta por delgados hilos.
Barboza cuestiona el alejamiento del hombre con la naturaleza, connotando la devenida pérdida de su rastro y su desaparición de nuestro entorno. Las piezas presentadas buscan caminos de retorno a los compases del movimiento de estos seres; entender su transformación respetando su flujo y estructura. Con la ayuda de un manual impreso y bordado, la artista nos hace recuperar los sentidos. Se restituye el saber que nos dice que la vida cifrada, con su validez universal, ignora la travesía del infinito en el instante. En estas piezas se encuentra la naturaleza paciente, en la convicción de su comunicación serena. Desde ahí nos narra su tiempo, con el afecto acumulado que se desprende de su crecimiento pausado.
COMISSIONED WRITINGS
Pausas que reinterpretan saberes
Apuntes sobre Ana Teresa Barboza de Florencia Apud Márquez. Febrero 2021.
Lo singular de Barboza reside en el uso del bordado y el tejido asociado con otros medios, a veces fibras naturales, como el junco o la totora, otras veces materiales como la piedra o la madera, pasando por el dibujo e incluso la fotografía. De estas mezclas se desprenden relatos, con la sutileza de una artista que está en los detalles y se involucra con la cercanía de los afectos.
Su obra indaga el vínculo que mantenemos con el entorno, revisitando los saberes conservados por las prácticas artesanales, creando dispositivos que hablan sobre nuestra relación con la realidad. Se vale del poder de la materia para entablar paralelismos entre los procesos manuales y los procesos naturales, transmitiendo pausas que cuestionan los saberes de validez universal y que transitan entre la observación de lo natural y sus ciclos. En Tejiendo el instante (2013) la artista hace tangible el lento crecimiento del mundo vegetal. La obra se recorre entre piezas de hilos y lanas que relatan su observación cíclica y paciente sobre las plantas, que constata el movimiento que en ellas se produce durante su crecimiento. Estos lentos deslizamientos, casi imperceptibles, están en diálogo con otros dispositivos dispuestos para explorar la experimentación de los sentidos. Observación y representación se presentan para guiar una reinterpretación de los ritmos botánicos y de nuestras sensibilidades puestas en juego. Con esta obra la artista comienza un proceso de profundización sobre las relaciones mantenidas en el tiempo con los lugares que habitamos.
JOB SÁNCHEZ (1979, España)
Creciente hace referencia al momento preciso de un ciclo, cuando la idea está madurándose y se desarrolla dentro de las propias posibilidades. Parte del círculo como elemento modular que se pliega, se divide y gira para abrirse; ocupando el espacio que le permite su área. Pero siempre conectado a la pared, con la intención clara de constatar que estas piezas son fruto de una experimentación plástica derivada de la práctica pictórica. El título da nombre a una fase de la lunación, lo que nos conduce a inscribirlo en un proceso cíclico. Pero esta trayectoria no está necesariamente orientada a terminar en el mismo lugar en el que comienza; acotando apenas un periodo de mi devenir como artista. Este proyecto se materializa en relieves de madera pintada y cartulina, presentando una apariencia sencilla, cuyo fin es conectar al público con los procesos, mediante el uso de materiales y recursos asequibles y reconocibles (propios del bricolaje o las manualidades). - Job Sánchez
Après MB pretende, a través de un juego de ironía y reparación, hacer dialogar una serie de pequeñas pinturas con la historia general de arte. Estas tablillas, pintadas con óleo al agua y encáustica, se nutren del imaginario y la estética de las vanguardias del siglo XX. Desde una perspectiva actual, reflexiono sobre el agotamiento de la pintura y la necesidad de continuar con esta disciplina: de la que no dejamos de proclamar su muerte y a la que constantemente debemos resucitar. La excusa o el punto de partida es la pintora María Blanchard como referente de vanguardia, aunque menos conocida que otros artistas varones contemporáneos a ella. - Job Sánchez
Todos estos trabajos nacen de mi laboratorio doméstico particular: una habitación de pequeño tamaño dentro del espacio vivencial. De esta forma, la práctica artística pasa a ser una actividad cotidiana más -como comer o descansar- y, por lo tanto, desprofesionalizada; sumando a la gran paradoja que deviene el arte hoy. - Job Sánchez
Job Sánchez es licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Salamanca y magister en Género y Diversidad por la Universidad de Oviedo, doctorado en Programa de Género y Diversidad de esta última. Es docente del Departamento Científico-Técnico en la Escuela Superior de Arte del Principado de Asturias. Con presencia en varias exposiciones individuales y colectivas, su obra forma parte de diferentes colecciones, entre ellas: DKV, Ayuntamiento de Salamanca, Ayuntamiento de Gijón, Colección Pablo de Castro, Fundación María Cristina Masaveu Peterson, Colección Pilar Citoler. Como ilustrador tiene dos libros infantiles publicados. Entre su experiencia profesional cabe destacar la coordinación del proyecto Estrada junto con la poeta Alba González Sanz y haber sido colaborador en el equipo de redacción de la revista Arte y Parte (2010-2013). Su trabajo artístico más reciente tiene por nombre Laboratorio doméstico: un proyecto abierto y multidisciplinar que corre en paralelo a su investigación doctoral. Se compone de diferentes líneas de trabajo: Tangram, Nuevos Códigos, Aprés MB y Creciente, que exploran las prácticas artísticas en el espacio doméstico por medio de collages, pinturas, esculturas y dibujos digitales.
MIGUEL AGUIRRE (1973, Perú)
La serie Pictor es una deriva de la serie Biopic que desarrollé en 2009 y en la que retrataba a diversos personajes de la historia universal (Aldo Moro, Idi Amin o Franco) pero empleando únicamente fotogramas de películas. Esta vez los representados son pintores pero no sólo vemos a Picasso, Frida Kahlo o Jackson Pollock sino que reconocemos a Anthony Hopkins, Salma Hayek y Ed Harris. Esta dualidad de la representación –un pintor representado por un actor o actriz, cuyos rasgos propios reconocemos y que nos impulsan a pensar en su filmografía y que, a su vez, se confronta con el rostro auténtico de aquel que podemos conocer por sus autorretratos pictóricos o fotografías, cuando se da el caso- es algo que me interesa sobremanera. - Miguel Aguirre
Miguel Aguirre estudió Pintura en la Facultad de Arte y Diseño de la Pontificia Universidad Católica del Perú y realizó los estudios de doctorado en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Barcelona. En 2018 su serie Before/After fue declarada Proyecto Ganador de Estímulos Económicos para la Cultura 2018 otorgado por el Ministerio de Cultura del Perú. En 2017 ganó el Primer Premio del I Encuentro Nacional de Artes Visuales de Trujillo, en 2016 el Primer Premio del VIII Concurso Nacional de Pintura del Banco Central de Reserva del Perú y en 2001 el Primer Premio del V Concurso de Artes Plásticas Fundación Telefónica de Lima. Ha expuesto tanto individual como colectivamente en museos, instituciones y galerías de América y Europa. Destaca su participación en el II Encuentro Nacional de Artes Visuales de Trujillo (2018), la 3ª Bienal de Mercosur en Porto Alegre (2001) y en la I Bienal Iberoamericana de Lima (1997). Su obra forma parte de las colecciones del Museo de Arte de Lima, el Museo de Arte Contemporáneo de Lima, el Museo Central del BCRP de Lima, la Fundación María Cristina Masaveu Peterson (Madrid) y de diversas colecciones privadas peruanas y europeas, como la Colección Hochschild (Lima), Colección Jorge M. Pérez (Miami), Colección López y Trujillo (Madrid) y Nueva Colección Pilar Citoler (Madrid).
Enjoy Conceptual Zero pertenece a la serie Woven Perú. Para diseñarlo Miguel Aguirre usó una práctica que a inicios de la década de los 80 fue muy popular en el Perú y en otros países sudamericanos, como Argentina, que consistía en tomar los logotipos de conocidas marcas comerciales transnacionales (Coca-Cola, Marlborough, Castrol, Pepsi, etc.) y a través de cambios en los nombres (Marihuana por Marlborough o Piense por Pepsi) se daba lugar a una broma visual. Esas pegatinas -así es como se consumían estos "chistes" que se pegaban en los cuadernos escolares o en las ventanas de las habitaciones de adolescentes e incluso en los cristales de los buses de transporte urbano- siempre han sido recordadas por Miguel Aguirre y es algo que, finalmente, usó para diseñar estos tejidos, como es el caso de Enjoy Conceptual Zero, en el que combina, el logotipo de Coca-Cola Zero para reflexionar sobre diversos puntos: el arte conceptual en donde la idea o concepto son el elemento primordial y fundamental de la pieza artística, el apropiacionismo y su vuelta de tuerca, las transnacionales como los auténticos imperios del siglo XXI y, finalmente, el humor.
VERÓNICA VICENTE (1988, España)
Verónica Vicente construye y ejecuta acciones que sitúa en escenarios cuidadosamente seleccionados que luego fotografía y filma. Su objetivo es situar el cuerpo –que muestra vulnerable y convertido en un objeto casi escultórico– en el centro de su reflexión sobre la fragilidad humana y su eterna búsqueda existencial. Sus fotografías y vídeos tienen un destacado componente performativo y escultórico y en ellos la artista enfrenta su propio cuerpo u objetos relacionados con su memoria a entornos urbanos hostiles, interiores lujosos o metafóricos paisajes, siempre fotografiados con un cuidado impecable. Verónica Vicente busca su lugar en los espacios, por eso la selección de los marcos arquitectónicos y naturales no es dejada al azar, sino que es el resultado de una minuciosa búsqueda, de un extraordinario interés por la composición de la imagen y del uso del color como elemento simbólico.
Verónica Vicente es graduada en Bellas Artes por la Universidad de Vigo, con un Máster de Fotografía y otro de Museología y Crítica Contemporáneas. Su obra ya forma parte de colecciones como las del Centre d’Art La Panera, CGAC de Santiago, Museo Nacional de Escultura de Valladolid o la Fundação Bienal de Arte de Cerveira y se ha podido ver en numerosos proyectos comisariados, fundamentalmente en Galicia, Cataluña, Portugal y Madrid, pero también en Sudamérica o Centroeuropa.
Entre sus exposiciones individuales destacan La línea de lo visible (Fundación Rac. Pontevedra, 2020); Escrito en las hojas (Off PhotoEspaña, Espacio Alexandra, Santander, 2019); Sujeto vulnerable (La Gran, Valladolid, 2017).
La reflexión sobre la identidad, la conexión entre disciplinas y la cuidada elección de escenarios, que han sido constantes en anteriores trabajos de Verónica Vicente, se mantienen en este proyecto, Escrito en las hojas de 2019, en el que, por primera vez en su obra, el cuerpo cede protagonismo a esmeradas “esculturas” realizadas con grandes libros que interactúan con los paisajes en los que la artista las construye.