Pausas que reinterpretan saberes

Apuntes sobre Ana Teresa Barboza (Espacio Líquido + La Gran) de Florencia Apud Márquez. Febrero 2021.

La artista textil Ana Teresa Barboza (Lima, 1981) es reconocida por la intensa producción que hay detrás de su obra, compuesta por piezas realizadas con una dedicada destreza técnica. Barboza retoma la herencia familiar del bordado, retomando además el valor simbólico detrás de las técnicas de tejido. Los temas en su obra se entretejen entre sí y con los entornos naturales. La artista combina la pesquisa sobre lo textil con el interés por revisitar prácticas artesanales del Perú.

Lo singular de Barboza reside en el uso del bordado y el tejido asociado con otros medios, a veces fibras naturales, como el junco o la totora, otras veces materiales como la piedra o la madera, pasando por el dibujo e incluso la fotografía. De estas mezclas se desprenden relatos, con la sutileza de una artista que está en los detalles y se involucra con la cercanía de los afectos.

Su obra indaga el vínculo que mantenemos con el entorno, revisitando los saberes conservados por las prácticas artesanales, creando dispositivos que hablan sobre nuestra relación con la realidad. Se vale del poder de la materia para entablar paralelismos entre los procesos manuales y los procesos naturales, transmitiendo pausas que cuestionan los saberes de validez universal y que transitan entre la observación de lo natural y sus ciclos. En Tejiendo el instante (2013) la artista hace tangible el lento crecimiento del mundo vegetal. La obra se recorre entre piezas de hilos y lanas que relatan su observación cíclica y paciente sobre las plantas, que constata el movimiento que en ellas se produce durante su crecimiento. Estos lentos deslizamientos, casi imperceptibles, están en diálogo con otros dispositivos dispuestos para explorar la experimentación de los sentidos. Observación y representación se presentan para guiar una reinterpretación de los ritmos botánicos y de nuestras sensibilidades puestas en juego. Con esta obra la artista comienza un proceso de profundización sobre las relaciones mantenidas en el tiempo con los lugares que habitamos.

Barboza toma como punto de partida las habilidades manuales que perduran y hacen a una relación de cuidado con los lugares. Es decir, las prácticas que transforman las materias que el entorno provee y producen algo útil. A partir de este interés constante en su obra, revisita los saberes practicados por distintas comunidades peruanas. Bajo esta idea, en la instalación Destejer la imagen (2017) las técnicas de tejido y cestería son empleadas en una nueva dirección. Las piezas exhibidas representan un proceso regresivo para destejer la trama y dar paso a lo elemental, y como público se nos propone destejer: podemos ver la imagen y lo que está detrás de ella.

Vemos un conjunto de cestos, de los que se nos revelan sus distintas tramas, pero que no están allí de la forma que acostumbramos a verlos, están unidos inconclusos formando una gran alfombra imposible de transitar. Una piedra de la que emanan lanas de sus mismos tonos. Un telar que recrea una roca compuesta de los minerales extraídos con los que fueron teñidos sus hilos. Es un destejer la imagen para que se manifieste qué es lo que queda de los procesos artesanales y cuáles son sus indicios en los paisajes y viceversa.

Asimismo, en su obra el interés por revistar el legado de las prácticas es situado entre lo ancestral y lo contemporáneo, como sucede en Ecosistema del agua (2019). Una instalación junto a Rafael Freyre y con la participación de artistas especializados en varios materiales -junco, totora, madera, piedra y cerámica-, realizada en el Museo de Arte Contemporáneo de Lima. Conceptualiza del valor simbólico del agua a través de un montaje que alude a lo ritual en un pasaje compartido bajo la sensibilidad de la práctica artística que recrea el ecosistema, junto al desarrollo de un conversatorio sobre la preservación y depuración de las fuentes de agua, además de un laboratorio sobre las técnicas que son exhibidas. En su conjunto esta instalación y sus actividades públicas son una ofrenda hacia los usos y cuidados del elemento esencial de vida. Con esta obra se consolida algo que venía latente en Barboza, que es la visión afectiva que atraviesa toda su obra y que radica en los modos de conectar con lo particular de las experiencias por las que se interesa. Así, abre un lugar para aquello que escapa a los grandes relatos y que suele pasar inadvertido.

Esto mismo también está presente en su trabajo más reciente, Mirando a través (2020). Una obra compuesta por una única pieza, una hoja de plátano bordada con dos aberturas en un guiño desde el cual la artista nos hace una invitación a mirar a través de ella para que ésta nos revele sus cualidades y conozcamos la versatilidad de usos que esta hoja tiene para varias culturas. En su composición de hilos y tintes naturales esta obra vuelve a mostrar la elocuencia con que la artista conjuga su interés por los saberes que hacen a lo particular de los vínculos con los entornos que habitamos.

La obra de Barboza prefiere escapar a miradas rápidas y se manifiesta ante quienes estén dispuestos a desacelerar y, desde un ritmo lento, casi imitando el ritmo orgánico de lo natural, observar. Estas son las pausas que reinterpretan los saberes que se expresan en tonos que vienen de las plantas y el suelo. Las técnicas utilizadas revisitan los oficios de una cultura, en donde la transmisión de conocimientos se refleja en una historia de saberes heredados que involucran las experiencias de quienes los narran. En tanto, el trabajo artesanal implica la colaboración con el material; entablar un diálogo que trasciende en el tiempo gracias a gestos de cuidado y afecto, que la artista traduce con su práctica artística. En sus procesos creativos se implica con otras y otros artistas y artesanos, y sus saberes. Y de esta fusión de materialidades surgen lecturas que desbordan los alcances particulares, gestando memorias afectivas que permanecen en las piezas hechas bajo este proceso en común. Es que el saber es útil cuando se lo olvida después de haber sido apropiado y deja lugar a expresar algo nuevo, o al menos aparentemente desconocido (1).

(1) Pallasmaa, J. (2012) La mano que piensa. Barcelona: Editorial Gustavo Gili.

Ana Teresa Barboza y Rafael Freyre Cinco tintes vegetales de Lambayeque, 2019. © Espacio Líquido + La Gran

Ana Teresa Barboza y Rafael Freyre
Cinco tintes vegetales de Lambayeque, 2019.
© Espacio Líquido + La Gran

Ana Teresa Barboza Mirando a través, 2020  © Espacio Líquido + La Gran

Ana Teresa Barboza
Mirando a través, 2020
© Espacio Líquido + La Gran

 
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Florencia Apud Márquez (1992, Uruguay)
Ceramista. Estudiante avanzada de la Licenciatura en Artes Plásticas y Visuales del Instituto Escuela Nacional de Bellas Artes de la Universidad de la República (Udelar). Realizó estudios en Artes Visuales en la Facultad de Arquitectura y Artes de la Universidad Austral de Chile (UACh) como becaria por el Programa de Becas Iberoamericanas para estudiantes de grado de la Udelar. Integrante del Grupo de Investigación de la Udelar ACTO - Arte, Comunidad y Territorios Organizados. Actualmente realiza su tesis de grado sobre prácticas comunitarias en Montevideo.